martes, 25 de junio de 2013

A veces



 
A veces, vale la pena cerrar los ojos y dejarse llevar por lo que dicta el corazón, aquel que palpita aceleradamente cuando te recuerdo, aquel que te extraña en cada resalto que genera cuando pronuncio tu nombre en mi mente, en silencio.

A veces, vale la pena lanzarse al vacío por un segundo y dejar que sean los sueños los que se apoderen del momento. Soñar con una mirada cómplice, con el suave roce de mis manos sobre las tuyas,  dejar atrás las heridas por ese segundo… simplemente dejarse llevar por el viento mientras volamos.

Si tan solo dejaras que fueran mis ojos los que hablaran por mi, sabrías que a veces vale la pena entregarse a lo desconocido, dejar que sea yo quien genere tus contradicciones, que robe tus momentos de desconexión diaria, que sea yo quien genere tu descontento y tu aliento. Deja que ese sea yo.

Buscarte como un loco entre las hojas vacías de mi cuaderno me está matando. Encontrarte en cada canción, en cada frase, en cada mirada perdida en lontananza taladra mis sentidos cuando tan solo necesito vivir entre tus brazos. Si tan solo dejaras que fuese yo quien se roba tus sueños, el que se queda impregnado en cada suspiro que regalan tus labios. Si dejases, tan solo que sea yo.

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