Lolapallooser
Tanto
artista que han traído al país (y a tan alto costo) que ya no nos genera gran
asombro escuchar un nombre tras otro. Esto comenzó por allá en 1989 cuando vino
un tipo con pinta de futbolista (Era su sueño) se apoderaba del estadio Nacional…
Rod Stewart. Tenia
yo solo 5 años por lo que ni supe en su momento que este tipo había sido el que
nos hacía “debutar” con su presencia en lo que a recitales masivos se trata.
Luego han pasado bandas de todo tipo… Rock, Punk, Alternativas e incluso aquellos
cantantes mamá que veíamos solo en el festival de Viña del Mar como Luis Miguel,
Miguel Bosé, Chayanne, el Innombrable… (No diré quien es, pero todos sabemos a
quien me refiero…si lo nombro tendremos que juntar agua, ir a buscar tarros de
atún y esas cosas).
En
fin, el preámbulo no tiene ni un brillo
y solo es para contarles que he vivido mi propio festival de rock este fin de
semana, claro que sin mucho éxito.
Luego
de la Maratón de Santiago el día domingo y, con los dolores propios de un
esfuerzo tan sobre humano para este balón de gas de 15 kilos, decidí dormir la siesta y luego partir a ver a
mi banda favorita… FOO FIGHTERS (acá es cuando las chiquillas pueden gritar!).
Con
los dolores propios del esfuerzo realizado en el running, me puse mi ropa
rockera… mis Jeans gastados, polera con su símbolo obsceno en el pesho (Puño
con dedo medio erguido) y de mi closet saqué esas Converse negras de cuero
modelo “Black Zipper” (Ya les conté mi fascinación por las zapatillas) más un
pañuelín en el cuello. Me largué al parque O´Higgins en la búsqueda del rock.
El
evento es multitudinario, miles de personas y niños (si, leyó bien…NIÑOS) veían
espectáculos como 31 minutos, Mazapán…
Nota
al margen….que es esto? ¿Un espectáculo de rock considerando a pendejos?, ¿Harto
raro o no?
Entonces
fue cuando la vi… sin duda alguna era ella… Mi ex polola. La verdad sea dicha
así como ex, ex polola no era, de hecho ella nunca supo que estuvimos
pololeando… pero tuvimos una relación tan cercana que yo lo sentí así.
Jamás
nos dimos un beso…es que yo al respetaba mucho… pero sí era una relación de
pololos. Hacíamos todas las cosas que hacen los pololos, ya saben… ir al cine,
comer helados de la misma copa, ir al mall a comprar ropa, escuchar sus
problemas… en realidad y pensándolo bien, tal vez siempre me vio como el
amiguito buena onda, el complaciente. (No quise poner gay por que no va a
faltar el tonto que después va a pensar que se me apaga el calefont y no es
así, soy bien machito para mis cosas…invicto, pero machito).
Me
puse tan nervioso de verla que me dieron ganas de esconderme entre la
gente….que no viera mi rostro ni tooooodo mi cuerpo, pero mis intentos fueron
estériles. Entre tanto cabro chico era difícil esconderse.
- “Hola Leíto”, dijo ella con
su voz tan angelical como siempre
-
“Hooola”,
dije yo con ese tono agüeonao que le sale a uno cuando esta nervioso.
-
“Viniste
solo”?, me preguntó. Aquí hice un alto…
Si le decía que si, podía
pensar que era el mismo looser de siempre. Era el momento de poder hacerme el importante,
el groso, el bakán, el súper macho, convertirme en Gitano o en un Cordobés, que
están tan de moda…. Pero no fui capaz, tuve que decir la verdad y decir que mi
condición de “ALONE” es permanente.
-
“Pusha”,
me dijo. “Te presento a mi pololo”…
Un tipo flaco, larguirucho
con pinta de simpático (Para mas cagarla) me estiró la mano saludándome
amablemente. “Kiubo, soy Juan Carlos”…
Se me cortó el habla. La
rabia se apoderaba de mí. Estoy seguro que mi presencia no lo intimidó ni por
un segundo. Si supiera que YO
era el que me comía a su polola y ahora se está tragando mis babas… aunque no
le dí ni un beso… pero no importa, igual nomás ella fue mía por que yo le tomé y
acaricié sus manos antes que él….yo comí de su copa de helado antes que él y
por sobre todo, y lo mas importante, yo sufrí por ella antes que él... no me
quedó mas que saludarlo con mi mejor cara de muñequito de Mattel o de Jesmar.
Nos despedimos como personas
civilizadas, ellos caminaron tomados de la mano mientras yo me quedaba nuevamente
con el corazón hecho pedazos. Fue un momento doloroso, terrible pero no podía
hacer nada. Me tiré en el pasto y juro que no escuché absolutamente nada más
durante toda la tarde.
Cuando el reloj marcaba las
20:20 decidí ponerme de pie, dejar de lamentar la pérdida de la mujer de mi
vida, en el idiota que me la robó y en lo looser que me sentía. A punta de
movimientos sutiles pero seguros me abalancé al escenario principal hasta
llegar adelante del escenario. En ese momento, justo en ese momento la banda de
Dave Grohl
hacia su ingreso al escenario y me dispuse a cantar “One by One” con toda la rabia
de mi alma, mi mente y por sobre todo,
con el dolor de mi corazón.
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